Los bordes de la cultura urbana

domingo, 26 de junio de 2011

Vivir en el imperio del hielo

Para algunos, un paraíso blanco; para otros, una región inhóspita. Sin dudas, la vida de los esquimales en las regiones árticas produce fascinación y también muchos interrogantes. Para empezar, su propio nombre: “esquimales” es la denominación española pero para hacer referencia a la cultura originaria la denominación adecuada es “Inuit”.

Los Inuit tienen sus orígenes en Siberia, al noreste de Asia. Se cree que sus antepasados cruzaron el estrecho de Bering y se asentaron también en el norte de América. Durante miles de años se han adaptado a las duras condiciones de vida en el Ártico con temperaturas bajo cero. Tradicionalmente son nómades, porque siguen las migraciones de los animales que cazan como osos, ballenas y focas.

Nunavut, ¿la tierra propia?

En 1999 el mapa de Canadá fue modificado para dar lugar al nuevo territorio de Nunavut, que significa "nuestra tierra". La creación de Nunavut iniciaba un importante proceso de transformación no sólo para los habitantes del extremo norte de Canadá, sino para todos los que habitan las regiones polares. En la actualidad, son más de 150 mil personas que viven entre Canadá, Alaska, Rusia y Groenlandia. Esto implica que aproximadamente dos terceras partes de Inuit que viven en el mundo han obtenido cierto grado de autodeterminación. Esta medida resultó controversial en la sociedad: mientras que para algunos representaba un gran avance, para otros legalizaba una suerte de apartheid.

Los dilemas de la globalización bajo cero

En los años 80´ los Inuit fundaron la Inuit Circumpolar Conference con el fin de proteger los kilómetros del vulnerable ecosistema del Ártico y también para preservar tanto el medio ambiente como la matriz cultural del pueblo Inuit. Pero el desarrollo de las explotaciones petroleras desde la gestión del ex presidente Reagan fue el comienzo de una serie de atropellos a los derechos originarios que incluyó la compra indiscriminada de tierras, la discriminación, el nuevo trabajo alienante en las multinacionales del petróleo, la imposición de la vida urbana americana. Todas estas condiciones se agravaron especialmente bajo la órbita del ex presidente George W. Bush y la fiebre incontrolada del "oro negro".

Hoy en día el cambio climático afecta a tal punto al pueblo Inuit que han tenido que comprar aires acondicionados para refrigerarse. Definitivamente, sigue pendiente encontrar caminos reales para preservar la elección de múltiples formas de vida.

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