Los bordes de la cultura urbana

lunes, 27 de junio de 2011

Videoentrevista a Alcira Argumedo, la otra candidata femenina

Entrevista a Alcira Argumedo, socióloga, docente e investigadora del Conicet que cuenta con una amplia trayectoria política. Actualmente es diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires y candidata a presidenta por Movimiento Proyecto Sur
En esta ocasión, Argumedo explica los motivos por los que no se pudo concretar el acuerdo con el Frente Amplio Progresista liderado por Hermes Binner y comparte sus sensaciones frente al desafío político que implica su candidatura. 

Sincretismo más allá de Once

Acercarse a la descripción de cualquier grupo humano implica correrse de los estereotipos y bucear en las características particulares de quienes lo conforman. En el caso de los judíos en Argentina es usual asociarlos con el barrio de Once y con la kipá. Sin embargo, la cultura judía actual es mucho más heterogénea y se enlaza con distintos fenómenos sociales y políticos. Y esto sucede, simultáneamente, en las comunidades judías de todo el mundo.

Los orígenes de la colectividad judía de la Argentina se remiten al 12 de agosto de 1889 cuando desembarcó en el puerto de Buenos Aires el barco Wesser, que traía de Europa oriental a 825 judíos que escapaban de la persecución. Estos pioneros terminan de instalarse hacia el 23 de octubre de ese mismo año con la fundación de la que sería la primera de varias colonias agrícolas judías en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos: Moisés Ville.

Desde este episodio al escenario actual, acontece una travesía fascinante y multifacética. Pero que también incluye, en los años oscuros del país, épocas de discriminación y de segregación. Y que también implica hechos de profundo dolor: dos condenables hechos de terrorismo que son el atentado a la Embajada de Israel y el atentado a la AMIA.


Son casi 110 años de historia judeo-argentina. Han estado atravesados por la transformación de la propia colectividad (en un proceso de intercambio y adaptación) y también por la propia consolidación de esa categoría llamada “ser nacional argentino”.

Hoy en día, una nueva cultura judía desembarca también en el país: incluye rap, música ancestral, literatura contemporánea, películas de Woody Allen y combinaciones étnicas en la gastronomía.
Como sea, la diversidad siempre es un motivo para celebrar y defender.

Poder femenino


No todo lo que brilla es oro y no todas las sociedades se organizan de acuerdo al derecho romano y a la institución del “pater” como cabeza de familia y portador del apellido que identifica el clan desde los tiempos del esplendor de la República romana.

Otra forma de organización social es el matriarcado en el que el poder de la comunidad y las cuestiones vinculares residen en las figuras de las mujeres. Johann Jakob Bachofen ha sido pionero con su obra El matriarcado, una investigación sobre la ginecocracia en el mundo antiguo según su naturaleza religiosa y jurídica en proponer la hipótesis según la cual el matriarcado fue una forma de relación usual en las primeras comunidades humanas.

Es importante distinguir el matriarcado del matrilinaje. El matrilinaje es un sistema de organización social en el que la descendencia se organiza siguiendo sólo la línea femenina y todos los hijos pertenecen al clan de la madre. Este sistema hereditario persiste en algunas regiones de Asia y África, principalmente. Pero el matriarcado, de algún modo, plantea un cambio aún más radical: es un sistema de organización social en el que no sólo la vida familiar sino toda la esfera social se ordena en torno a la figura de la mujer. Existen controversias entre los investigadores sobre si realmente existieron matriarcados “plenos” o “totales” o si estos constituyeron una suerte de “reserva utópica” que se ha cristalizado en algunas representaciones míticas, artísticas y literarias de la antigüedad (como por ejemplo, la famosa isla de Lesbos).

En Argentina, el médico, fotógrafo y periodista Ricado Coler es un especialista en sociedades matriarcales, poliándricas y poligámicas. Su libro El reino de las mujeres es una crónica sobre su experiencia en lo que se conoce como el último matriarcado, un pequeño pueblo de China (en Moshui, provincia de Yunnan) en el que las mujeres son los pilares del funcionamiento de la comunidad.

El material del respeto, la otra cara del conflicto. Entrevista

Calavera no chilla, el culto de lo extraño

El ataúd, las lágrimas, el velorio, el negro, el entierro, en Argentina la muerte es un tema que sensibiliza a todos, no fácil de tocar y es mucho más angustiante de lo que se puede describir.  A diferencia de México, donde el día de los muertos es una celebración tradicional, ellos les rinden culto a “Santa Muerte” o “Santísima Muerte”.

                Primero que nada, es importante remarcar que la Iglesia Católica de México está en contra de esta celebración, porque la consideran una veneración diabólica. Sin embargo, para los ciudadanos festeja cada 1 de noviembre este acontecimiento. Una de las festividades se realiza desde el 30 de octubre hasta el 2 de noviembre en el parque Xcaret. Durante estas fechas, el lugar se baña de leyenda, música y los atares de los muertos  hacen, todo hace que se convierta en el  centro de la tradición.

                Vale resaltar que más allá de los pedidos de amor, sanación y buenos augurios que recibe éste Santo, también hay muchas personas que realizan encargos mal intencionados, relacionados con daños a terceros. Por otra parte, es importante entender que el culto a la muerte se brinda y se celebra como el fin de la vida en este mundo, como un evento, es muy diferente al culto de una figura antropomórfica.

                Para los mexicanos, la muerte sigue siendo un acontecimiento de duelo, con todo lo que esto conlleva, las manifestaciones afectivas y psicológicas, también es un momento de rito y celebración. En un homenaje para los que no están, lo que ya se fueron, se los evoca con una foto, una veladora, una calavera de azúcar o decorando la tumba con motivos que más le hubiesen agradado al difunto.  Un momento de duelo, un homenaje indescriptible,  recordar al muerto no solo con tristeza –lo cual es casi inevitable- sino también con alegría y celebración.

Naturaleza curativa

Lejos de la medicina tradicional, los medicamentos para la jaqueca, el estómago, los analgésicos, anti-inflamatorios, entre otros, de otro lado del camino se encuentra la medicina alternativa. Puras mentiras para los descreídos, pero muy eficaz para los que la consideran. Una de ellas, la medicina china, se basa en el concepto de “chi” (o energía vital) equilibrado, que recorre el cuerpo de una persona.

                Esta alternativa va más allá del sentimiento y mal estar que muchos creen que se pasará con una pastilla. Se trata de algo espiritual, el equilibrio, concentrarse en el dolor, el lugar del mismo, el por qué y la mejor forma de sanarlo, no es solo algo físico, sino mental, emocional.  Su base filosófica es la observación y el conocimiento de las leyes fundamentales según las cuales, éstas gobiernan el funcionamientos del organismo humano y de su interacción con el entorno, siguiendo los ciclos de la naturaleza. De esta forma, busca aplicar la comprensión al tratamiento de las enfermedades y el mantenimiento de la salud con métodos diversos.

                Muchas personas creen que se trata de puras mentiras, que no existe algo alterno a los remedios, que nada que tenga que ver con la energía puede ser considerado medicina, no solamente la consideran falsa, sino que además la desprestigian  como si nada, fuera de lo que conocen, puede ser real para ellos.  Sin embargo esta forma de curar es mucho más interesante y –algunas veces- más efectiva que lo conocido tradicionalmente.

                La medicina china no solo es efectiva por sus tratamientos, sino porque promueve el poder de autocuración, no se trata (como en la tradicional) de depender siempre de un medicamento. Otra cultura, un método distinto, el poder de la energía.

Descendencia nativo-digital

Famosa y conocida moda adolescente, los floggers. Entre infinitos colores, bailando al compás de la música electrónica, utilizando sus fotologs como principal medio para desahogarse, llamando la atención por sus extraordinarios vestuarios, ellos son, en su mayoría, chicos que van desde los 11 a los 18 años. Es una moda, es una característica particular, para ellos es lo que los define.

                Les gusta llamar la atención, al igual que otros tantos grupos de jóvenes, se reúnen en una plaza o shopping, entre otros lugares de referencia, y con sus flequillos bien al costado, sus jopos inmensos y los celulares en la oreja, bailando sin parar, se diferencian del resto de las personas. Son la primer tribu urbana que se define por el uso de internet.

                Pantalones chupines bien ajustados,  vinchas, anteojos de sol y  cámaras de fotos, esa es su moda .Su popularidad se mide por la cantidad de amigos y seguidores que tienen en las redes sociales. Los grupos los forman por medio de las mismas,  estás, de hecho, son su medio de contacto con el mundo, son su realidad.

                A diferencia de años anteriores, cuando los chicos se divertían en la calle, jugando a la pelota,  la rayuela y teniendo cuidado de los desconocidos, ellos idolatran al más popular, a un chico que tiene muchas visitas en su sitio web y firmas por doquier, a una persona que conocen simplemente por internet y para ellos es un ídolo popular. El Diego un poroto al lado de estos muchachos.